@OperadorNuclear: Tras la emisión del tendencios...

@OperadorNuclear

Tras la emisión del tendencioso programa de televisión @anatomia_tv de @laSextaTV sobre el incidente de Vandellós I en 1989, considero necesario aclarar en un HILO algunas afirmaciones carentes del rigor y la veracidad que cabría esperar en profesionales del periodismo.


INTRODUCCIÓN
La central nuclear de Vandellós I está situada en el municipio de L’Hospitalet de l’Infant, en la provincia de Tarragona. Inició la operación comercial en 1972 y fue la tercera en conseguirlo en España, después de José Cabrera (1969) y Santa María de Garoña (1970).

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El diseño de esta central era único en España. Disponía de un reactor de tipo uranio natural-grafito refrigerado por gas (CO₂) y con una potencia de 480 MWe. Su tecnología era francesa y la operaba la compañía Hispano-Francesa de Energía Nuclear, Sociedad Anónima (Hifrensa).

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Este tipo de reactor era similar a los existentes en el parque francés en esa época, aunque en los años 90 los reactores de primera generación con esa tecnología se consideraron obsoletos en Francia y se optó por operar solo reactores de agua a presión PWR basados en los de EEUU.


El núcleo de este reactor era enorme. Su gran volumen, combinado con una potencia (480 MWe) menor que la de los reactores actuales, explican la gran inercia térmica del reactor, una característica relevante que fue positiva para el desenlace de la noche del 19 de octubre de 1989.

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SECUENCIA DE EVENTOS
El suceso iniciador fue una rotura de álabes de una de las turbinas de vapor, causando lo que en nuestra jerga llamamos una «ensalada de paletas».

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Debido a las 3000 revoluciones por minuto de la turbina, los álabes salieron despedidos provocando la rotura de las tuberías de aceite de lubricación y vapor, y varios puntos calientes produjeron la ignición de la mezcla aire-aceite.


La situación se complicó cuando se liberó el hidrógeno utilizado para refrigerar al alternador, que al entrar en contacto con el oxígeno del aire provocó una combustión rápida o deflagración, en la que se liberó una gran cantidad de energía.


Tras la combustión del hidrógeno en el edificio de turbinas, los operadores de la planta llevaron a cabo la parada inmediata del reactor de forma manual por seguridad. De esta forma, sus necesidades de refrigeración eran mucho menores.


El incendio afectó a los fuelles de las líneas de refrigeración del reactor. Al fallar los fuelles, entró agua del mar en la sala de equipos e inutilizó 2 de las 4 turbosoplantes que impulsaban el CO₂ de refrigeración del reactor.


Las 2 turbosoplantes restantes funcionaron correctamente, aunque solo se necesitaba una de ellas. Además, el sistema de refrigeración en parada estaba compuesto por 4 trenes independientes y 8 bombas de agua de alimentación auxiliar. Los 4 estaban intactos y no se necesitaron.


El incidente no afectó a la refrigeración del núcleo, que estuvo garantizada en todo momento. La gran inercia térmica del reactor mantuvo la temperatura del combustible en valores muy lejanos a los límites de seguridad, más de 200°C de margen que habrían tardado horas en perder.


La redundancia de los equipos de la central, el margen de tiempo que ofrecía la inercia térmica del reactor y las eficaces acciones de los operadores, permitieron llevar a la planta a la situación de parada segura.


No se alcanzaron temperaturas críticas en el combustible, ni fugas radiactivas al exterior, ni se estuvo cerca de sufrir un accidente nuclear en ningún momento.


CONCLUSIONES
Tras el análisis del suceso y sus causas, los expertos en análisis de accidentes concluyen que C.N. Vandellós I sufrió un grave accidente industrial que afectó a algunos de los sistemas de refrigeración del reactor nuclear.


El número de redundancias del diseño, su inercia térmica y las efectivas acciones de los trabajadores de la central permitieron controlar la situación.


Al no existir daño al combustible, ni emisiones radiactivas, ni daños sobre las personas o el medioambiente, se le otorgó el nivel 3 de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES), nombrado «incidente importante».

Comparación de Vandellós I con Chernobyl y Fukushima.

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Catalogar el incidente de Vandellós I como un «accidente nuclear» de forma reiterada durante todo el programa y su amarillista promoción («el día que Vandellós pudo ser Chernóbil») consitutye un grave e irresponsable engaño a los ciudadanos.

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Por otro lado, cualquier extrapolación del incidente de Vandellós I a las centrales nucleares españolas actualmente en operación sería torticera y falaz, no solo porque su diseño es completamente diferente,


sino también porque están consideradas centrales de referencia mundial según @WANOComms, ocupando habitualmente los primeros puestos en fiabilidad y seguridad.


@WANOComms Además, el grado de preparación para un incidente o accidente nuclear en 1989 no es comparable con el actual, homologado internacionalmente, con frecuentes inspecciones del @iaeaorg, simulacros anuales, equipos materiales y personal altamente capacitado.


@WANOComms @iaeaorg Nuevamente, tratar de extrapolar lo ocurrido en 1989 con lo que ocurriría en la actualidad sería muy irresponsable.
En este análisis me he centrado en el suceso iniciador del incidente de Vandellós I, en los riesgos y en sus consecuencias inmediatas.


@WANOComms @iaeaorg Para conocer todas las causas, la evolución del suceso y las consecuencias posteriores, recomiendo leer el informe realizado por Irene Ramírez, Francisco Suárez y Carlos Vázquez, de @jjnucleares, publicado en la revista Nuclear España de la @sneu235
📖 revistanuclear.es/wp-content/upl…


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